
El color elegido no es casual, sino que deriva de uno de los tres sobrenomes de Bolonia, “la Roja”: exactamente el color que le regalan sus techos y paredes.
Finalmente, las famosas dos torres símbolo de la ciudad, llamadas Asinelli y Garisenda, aparecen bajo el logo en la parte posterior de la botella, dando espectáculo y ganando la atención del espectador.